lunes, 11 de febrero de 2008

QUÉ NOS SUCEDE VIDA?!


QUÉ NOS SUCEDE VIDA?
Ante una negación extrema a volver a La Plata, cuidad que se convirtió en mi domicilio permanente hace bastante, me puse a pensar por qué ahora después todo este tiempo dejé de querer volver y quiero echar raíces en un lugar al que no hace tanto no quería volver. Entonces me di cuenta que uno entabla relaciones muy similares a los noviazgos con los lugare. Hace muchos años me fui de mi pueblo natal, fue como dejar al novio de la adolescencia. Era hora de crecer y avanzar. De madurar e ir en busca de oportunidades que mi pueblo no podía darme. Estábamos en etapas diferentes. Entonces llegué a LP. Que me deslumbró por todo lo que ofrecía. Me permitía crecer, conocer gente nueva, expresarme, lograr lo que quería. Y sobre todo era muy distinta a mi ciudad natal. Obviamente, me obnuviló. Me mostró cosas que nunca antes había visto, lugares nuevos, gente distinta. Estaba enamorada de esa ciudad. Y obviamente encantada con eso miraba de reojo a mi pueblito sureño. Extrañaba esa ciudad cuando me iba, lloraba cuando tenía que dejarla y añoraba volver.Pero como en toda relación existía el peligro de la rutina. Y como dice una amiga el amor eterno dura 3 meses. De a poco LP ya no me parecía tan atractiva. Empecé a ver de cerca sus defectos, sus faltas y a encontrar que muchas de las cosas que me atraían al principio había perdido el toque de novedad. Caímos en la rutina y el desinterés. Ella no me ofrecía nada nuevo, yo no trataba de encontrarlo. Era como vernos de bata y ruleros cada día. Me atacó la apatía, el desinterés y un poco el desgano. Y al volver a mi pueblo natal, lo miré con otros ojos.. .Sentía que me contenía más, que lo que antes me parecía aburrido o poco moderno ahora significaba tranquilidad; que había mucha belleza en los paisajes, el cielo y el silencio que antes había dejado de admirar y me parecían poco interesantes. Y no pude evitar encandilarme. Y ahí sentía que mi relación con LP estaba en crisis. La veía sin gracia, sin oportunidad de mejorar, sin chances de cambiar. Y sentía que no quería pelear por nuestro “amor”. Pero como en toda relación de muchos años que termina hay que darle un último tirón o al menos volver para devolver la cajita con recuerdos. Y así con pocas ganas, a regañadientes y con escala previa allá voy… a ver si conseguimos enamorarnos de nuevo o al menos ser amantes por un tiempo antes de empezar algo nuevo en otro lugar…. Por los buenos viejos tiempos….

No hay comentarios:

Publicar un comentario