viernes, 16 de octubre de 2009

La paja en el ojo ajeno

Alguien una vez me dijo que vemos las cosas no como son, sino como SOMOS nosotros. Con los años me di cuenta de que al parecer esto es así. Muchas veces reaccionamos ante el otro no por lo que realmente se ve, se discute o se hace, sino como una reacción ante nuestros propios prejuicios, preconceptos e incluso frustraciones. Tema conocido al parecer sobre el que escribí alguna vez. Pero en una época donde siento que uno empieza a transitar su propio camino todas estas reacciones al espejo del otro me parecen absurdas.
Aceptar las diferencias con respeto parece ser un desafío. Quizá por inseguridad ante nuestra propia visión, o quizá porque en realidad eso nunca fue nuestro o por la incomodidad que genera ver la libertad del otro. Incluso el más virtuoso se sintió alguna vez envidioso por las aves que se acercaban al sol,
Nosotros simples humanos no estamos exentos de eso. Muchas veces no es a propósito, es la guerra interna que todos llevamos dentro, entre el deber, el querer y lo soñado. Pero realmente ahí está el desafío de convertirnos nosotros mismos... agradecer, aceptar y disfrutar de lo que tenemos y luchar y alcanzar lo que soñamos... y todo eso empieza con el simple hecho de respetar al otro, de agradecer con el su suerte y de sentirnos alentados al ver que otros alcanzan sus sueños, que emprenden su camino... distinto al nuestro pero lleno de oportunidades como las que nos esperan a nosotros...
A veces, hay que demoler todo lo viejo, los preconceptos, que aceptamos por verdad para construir lo nuestro, un lugar donde nos sintamos libres y dejemos de envidiar a los pájaros que se acercan al sol...

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