martes, 15 de febrero de 2011

The list

Como hoy no tenía muchas ganas de trabajar y son los momentos en que mi síndrome de déficit de atención se dispara, puse de fondo una de esas películas de chica linda busca amor y lo encuentra en el lugar menos esperado luego de una revelación o epifanía al borde de la desesperación (sí, incluía chica corriendo efusivamente hacia chico que de repente se veía más atractivo).
La película también incluía la noción de que muchas mujeres buscamos el ideal de hombre, con citas exóticas, que cumpla con todos los requisitos de esa lista mental que acarreamos con nosotros desde la infancia.
Todas tenemos esa lista, incluso quienes niegan rotundamente que la tienen, la esconden en algún lugar. Todas buscamos algo en el otro que sea especial, que nos haga sentir especiales, que nos fascine y nos deje anonadadas. Buscamos citas de ensueño, anécdotas divertidas e interesantes posiblemente en tierras exóticas. Cuando buscamos intereses por dentro soñamos que sea un bohemio idealista que quiera cruzar el atlántico en una motoneta...¿pero cuando no encontramos eso, podemos ver más allá?
¿O nos decepciona ver que el otro es sólo humano?
La lista nos presiona y pone presión en el otro, no porque no lo encontremos, sino porque caminamos buscando esas cosas y nos perdemos de tropezarnos con otras que hacen que algo sea más real y valioso.
Porque como decía Dolina hoy, uno no puede andar por la vida prometiendo créditos de cabañitas y el otro no puede quedarse con la apuesta a una mansión. Es lindo proyectar, soñar, creer que lo que necesitamos es un hombre que nos baje la luna o nos haga cruzar el Amazonas en una barca de papel reciclado. Es lindo soñar con que le guste la comida exótica y hable de lugares remotos... pero al final del día, cuando necesitamos lo que realmente importa...¿eso puede compensarlo?
El amor sin fantasías es algo insípido, pero es el amor real el que dura, ese que valora lo que realmente necesitamos: que nos abracen, que nos cuiden, que nos escuchen, que nos apoyen, que nos valoren, que nos rescaten de la rutina con un "Te amo"...porque si sacamos las aventuras, las citas en París, los instrumentos musicales sexies y el sentido de la moda, lo que queda es un persona, que quizá, con todas sus imperfecciones se convierta en LA persona, esa que nos va amar durante la mejor aventura de todas: nuestra vida...

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