Desde hace años que le rezo a mi vieja, sé que tiene línea directa con El de Arriba, así que cada tanto le pido que me tire una punta, que me haga un milagrito para alguien que lo necesita o que me alivie alguna pena. Siempre fue buena y rápida para contestar, pero desde hace unos meses que se ha vuelto críptica y algo lenta en responder.
Al principio, pensé que estaría ocupada en menesteres más angelicales o que estaba descansando en paz, como se merece la pobre y no con tanta hija hinchapelotas. Pero no, estaba ocupada en darme el batacazo, la lección más grande, ese abrazo que solo las madres te dan cuando te pasan de la categoría de hija a mujer.
Yo soy medio miope y bastante sorda y creo q no fue hasta hoy que me di cuenta que, con bombos y platillos y un par de "cuetes", mi vieja me puso la respuesta frente a las narices.
La respuesta es el hoy. La respuesta fue que a pesar de prenderles velas, de llamarlas y reclamarlas, ellas estaba ahí dándome aliento, pero la que remaba era yo.
La respuesta es hoy porque es el resultado de mucho, de todas esas caídas que tuve, de todas esas veces q sentí que las necesitaba, de todos los enojos que tuve por haberme dejado, de todas esas quejas de "si vos estuvieras acá las cosas serían distintas". Todo eso me llevó al hoy, al darme cuenta que hice camino, que junté mi gente, que logré metas, que crecí y me hice; yo sola, remándola, con más o menos fe, con más o menos pena.
Esa es la respuesta, que no necesito respuestas de arriba, que toy grandecita para arrancar sola (aunque hace rato que toy "arrancada"), que con cada cosa mi vieja me tiraba ese abrazo que te dan las madres cuando te vas a vivir sola, cuando lográs algo, cuando llorás pq te rompieron el corazón, y en tantos otros momentos donde son tu madre, tu amiga y tu hermana. Que me ayudan y me tiran puntas a través de lo que dejaron en mí de ellas; que esos son sus milagros.
La respuesta tan obvia, quizá, era esa, "hoy".
Y creo q con eso termino de aceptar que ya soy grande, que ya no tengo miedo de andar sola por la vida, que todo lo que fue es, quizá, de otros, pero que yo tengo mucho mío, y tengo un hoy, que no arrastra pasados, sino que los abraza y se enorgullece de eso.
De todo esto me di cuenta hoy.
Gracias, vieja, por la señal.
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